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SONOGRAMA MAGAZINE
12 Caprices for solo cello
Carme Miró
29 octubre, 2014
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El violonchelista venezolano, Carmine Miranda, acaba de grabar para Navona Records, 12 caprichos, op.25 para violonchelo solo (Berlín, 1875) del compositor italiano Alfredo Piatti (1822-1901).
De talento reconocido, Piatti, hijo del director de la orquesta de Bérgamo, hizo su primera gira por Europa en 1838. Sus composiciones gozaron de una gran popularidad a lo largo su vida. Dicen de Piatti, que sus actuaciones hacían gala de una técnica espectacular: dominaba con creces el control del arco y custodiaba la medida precisa de la afinación del violonchelo.
Casi es inevitable hacer un paralelismo entre los caprichos para violonchelo de Piatti con los caprichos para violín de Niccoló Paganini porque ambos compositores aplicaron procedimientos interpretativos supremos.
La investigación realizada por Carmine Miranda, con una técnica instrumental superior a la habitual – ha recibido numerosos premios -, le ha permitido profundizar en el desarrollo de la música de Piatti. Todo esto hace que su grabación sea un documento musical emotivo y brillante.
No deja de ser espectacular la sonoridad que alcanza en el segundo capricho, el Andante religioso; el dominio del arco, como decíamos antes, es tan perfecto que da la sensación de que hay dos violonchelistas tocando al mismo momento.
Las lecturas de los caprichos son intensas; el carácter cantabile de una buena parte de las piezas transmite la ductilidad del sonido que se sobrepone a las ideas de Piatti, en alguna ocasión, bastante exigentes. El joven violonchelista combina la suavidad y la decisión para expresar un fraseo musical muy bien ponderado. Tanto en el noveno capricho, el Allegro, como en el séptimo, el Maestoso – una de las piezas más conseguidas y redondeadas por la excelente técnica del intérprete-, revelan la genialidad del compositor.
Carmine Miranda destaca por su poderosa expresividad.